Alzate Castaño, María del PilarCastro Jaimes, María Fernanda2024-06-212024-06-212021https://vitela.javerianacali.edu.co/handle/11522/3164“Las alteraciones en las conductas alimentarias en los primeros años de vida se pueden traducir en un retraso del crecimiento, aversiones alimentarias y dificultades secundarias en la convivencia familiar” (Domínguez Fermin, 2014, p. 2), es decir, los padres son el modelo a seguir y son los que determinan las reglas, por lo cual, lo que suceda en el núcleo familiar va a intervenir con los diferentes procesos de los niños y los va a afectar o beneficiar. Según el reportaje documental ¿Niños inteligentes? Los niños y los medios digitales realizado por Raphaël Hitier para Deutsche Welle (2021), cuando los niños pequeños aprenden a través de la interacción en el mundo real, la activación de la corteza parietal frontal, área que controla los procesos cognitivos como movimientos, comportamientos y conductas, es mayor que cuando interactúan con un medio tecnológico, por lo tanto, el rendimiento del aprendizaje con una pantalla disminuye aproximadamente un 50 % en comparación con una interacción real; a esta diferencia se le denomina déficit de transferencia. Dicho de esta forma, un niño menor de dos años no puede trasladar a la vida real lo que observa en una pantalla, puesto que la actividad cerebral durante una actividad con un dispositivo electrónico no estimula la región cerebral responsable del aprendizaje de la misma forma que una demostración en vivo. Por consiguiente, el tiempo que los niños pasan delante de una pantalla es tiempo perdido, debido a que está malgastando el poco tiempo que mantiene despierto, disminuyendo su aprendizaje cognitivo y provocando alteraciones en su desarrollo posterior. Además, se reconoce que la recomendación oficial de la mayoría de las instituciones científicas y médicas de todo el mundo es que los niños menores de dos o tres años no utilicen pantallas, y desde los 5 o 6 años aconsejan limitar la duración a una hora al día, preferiblemente con un adulto y no durante las comidas ni antes de dormir. En vista de esto, Una Aventura Alimenticia es un proyecto de Diseño de Comunicación Visual que busca generar bienestar físico y psicológico en los niños a través de herramientas pedagógicas, evitando las distracciones tecnológicas, además de tener intenciones de educar a la familia con mejores hábitos en la alimentación. Este documento contiene información respecto a la alimentación infantil y las consecuencias del uso de dispositivos electrónicos en niños pequeños, hábitos y actos para realizar en familia y para fomentar un buen desarrollo físico y mental de los niños.34 p.application/pdfspaConductas alimentariasAprendizaje cognitivoEating behaviorsCognitive learningUna aventura alimenticiahttp://purl.org/coar/resource_type/c_7a1fhttps://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/http://purl.org/coar/access_right/c_abf2