El modelo de prevención social de violencia en Cali (2018-2019). Evaluación de una estrategia institucional de construcción de paz urbana
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Date
2020
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Pontificia Universidad Javeriana Cali
Abstract
Durante el periodo 2016-2019, la Alcaldía de Cali, la tercera ciudad más importante de Colombia, tuvo en su puesto más alto al empresario Maurice Armitage, un líder del sector privado con una innegable vocación de servicio público con nula experiencia en política local. El politólogo Luis Felipe Barrera lo consideró como un ‘‘político que no es tradicional y que no aspira a serlo’’ (2016), para describir sus declaraciones sobre temas particulares como su posición frente a los procesos de reconciliación por el acuerdo de paz que se estaba gestando en ese entonces. De hecho, esta posición receptiva sobre los diálogos de paz en la Habana definió líneas estratégicas en su plan de gobierno. La gestión de Armitage como alcalde de Cali brinda la oportunidad de analizar programas y estrategias cuyo objetivo se centra en la construcción de paz. Actualmente, se han dado condiciones para trabajar el concepto de ‘Paz’ en el marco de estrategias gubernamentales, debido a la implementación de los acuerdos de la Habana. No obstante, este concepto, así como el de construcción de paz, no han tenido el desarrollo académico adecuado para garantizar sostenibilidad en sus procesos de ejecución. Es importante, y por demás necesario, que a nivel local se ejecuten programas con estas metas, pero deben construirse a partir de estudios e investigaciones. En los últimos dos gobiernos, se ejecutaron diversos tipos de estrategias para la construcción de paz, a partir de la implementación de estrategias de prevención social de violencia, programas dirigidos a trabajar directamente con las personas en situación de vulnerabilidad para alejarlos de las lógicas de la criminalidad, interrumpir violencia en barrios que históricamente han sufrido el flagelo de este fenómeno y reducir los casos de violencia homicida en Cali. Sin embargo, ninguno de estos programas se evalúa en el marco de construcción de paz. En los dos gobiernos su eficacia se ha reducido al indicador de homicidios en las zonas intervenidas. La importancia este indicador no se discute, pero sí se queda corto para las particularidades de la ciudad en materia de violencia. “Cali es un escenario propicio para la articulación de la micro-criminalidad local con la macro-criminalidad que tiene conexiones internacionales’’ (Arévalo & Guáqueta, 2014) donde se dan las condiciones para un escenario complejo y heterogéneo en materia de seguridad. La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, 2019) estableció que, además de su posición geográfica que favorece la articulación mencionada, Cali ha sido una ‘‘ciudad receptora de víctimas del conflicto armado interno’’ teniendo como consecuencias problemáticas en el ordenamiento territorial y en conflictos sociales. Ante este contexto, los programas de construcción de paz local no pueden enfocarse únicamente a la reducción sostenida de homicidios.